La Paz, 9 oct (EFE).- Los jugadores de la selección boliviana de fútbol reconocieron hoy que la altitud de La Paz, situada a 3.600 metros sobre el nivel del mar, no supone una ventaja ante el equipo de Ecuador, que también tiene ciudades con esa condición geográfica.
«Para ganar este partido tenemos que estar en nuestra mejor versión porque el clima y la altura no nos van a favorecer en nada. Ellos vienen de estar hace una semana en Quito, con casi 2.800 metros de altura (…) Entonces no va ser una ventaja. La única ventaja que tenemos es el público», dijo el portero Carlos Lampe.
Lampe será el portero titular de la Verde en el partido del próximo martes en el estadio paceño Hernando Siles, correspondiente a la décima jornada de las eliminatorias del Mundial Rusia 2018.
Destacó que el conjunto ecuatoriano tiene un buen conjunto y sus jugadores de la mitad para adelante son «muy veloces, tienen mucha potencia, son fuertes y con un buen juego aéreo».
El capitán y zaguero Ronald Raldes también se refirió al tema de la altitud y consideró que los jugadores del Ecuador no van a sentir esa influencia en La Paz porque juegan en Quito.
Agregó que Ecuador es un equipo «muy difícil», pero que Bolivia, tras la goleada (5-0) sufrida en Brasil, se siente otra vez «fuerte» para hacer respetar su condición de local con el apoyo de aficionados que presionen a los rivales desde las tribunas.
El volante paraguayo boliviano Pablo Escobar dijo que el grupo sigue trabajando por el sueño de remontar su actual situación en la tabla de posiciones, en la que marcha en el penúltimo lugar con siete unidades, por encima de Venezuela, que tiene dos puntos.
«Queda una rueda por disputar y vamos a pelear nuestra chance hasta el final como creo que hay que hacerlo siempre», sostuvo.
El entrenador de Ecuador, el argentino boliviano Gustavo Quiteros, fue también entrenador de Bolivia y conoce a toda su plantilla, pero los futbolistas aseguraron hoy que jugarán de forma concentrada con el nuevo esquema del técnico argentino Ángel Guillermo Hoyos.
