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Lim cumple un año en Valencia con el equipo en Champions pero sin despejar dudas

Valencia, 24 oct (EFE).- El empresario singapurés Peter Lim cumple un año desde que desembarcó oficialmente en el Valencia con el objetivo cumplido de disputar la Liga de Campeones, pero sin despejar algunas dudas en torno al modelo de gestión de la entidad, tras los cambios producidos en estos doce meses.

Valencia, 24 oct (EFE).- El empresario singapurés Peter Lim cumple un año desde que desembarcó oficialmente en el Valencia con el objetivo cumplido de disputar la Liga de Campeones, pero sin despejar algunas dudas en torno al modelo de gestión de la entidad, tras los cambios producidos en estos doce meses.

Lim llegó al Valencia de la mano del anterior presidente de la entidad, Amadeo Salvo, quien siempre vio al magnate asiático como la opción ideal, y prácticamente la única válida, para hacerse con la propiedad del paquete de acciones mayoritario del club, que estaba en manos de la Fundación Valencia CF.

Durante el largo proceso de las negociaciones con Bankia, poseedor de la deuda principal del Valencia, se publicitó la llegada de Lim bajo el deseo del singaporense de potenciar el equipo para competir con solvencia en Europa, así como buscar el objetivo prioritario de la internacionalización del club.

Deportivamente, la primera temporada de Lim en Valencia se cerró positivamente, gracias al regreso del equipo a la Liga de Campeones tras dos campañas de ausencia, un objetivo en el que se contó con la dedicación prácticamente exclusiva a la Liga tras no jugar en Europa y la temprana eliminación en la Copa del Rey.

El equipo certificó en la última jornada de Liga su reencuentro con la máxima competición continental en lo que hasta la fecha se ha convertido en el principal éxito deportivo de la ‘Era Lim’.

Sin embargo, en el segundo curso el Valencia ha arrancado de forma dubitativa y se ha alejado de los puestos de cabeza de la clasificación, si bien en Europa se ha rehecho tras su tropezón inicial con el Zenit ruso.

En el terreno de la gestión, los cambios fueron numerosos e incluso inesperados por su celeridad, principalmente en el caso de Salvo, que tras la llegada de Lim pasó a ejercer de presidente ejecutivo del club con Lay Hoon Chan, mano derecha de Lim, como presidenta del consejo de administración.

Así, el modelo implantado por el grupo de trabajo de Lim chocó pronto con la anterior estructura deportiva del Valencia, que tenía en su presidente Amadeo Salvo y en el director deportivo Joaquín Pérez Rufete a sus caras visibles y máximos responsables.

De hecho, Nuno Espirito Santo, entrenador elegido por Lim para iniciar su proyecto y uno de los hombres de confianza del singapurés, desveló a los pocos meses de la llegada del empresario asiático que la estructura deportiva del club debía simplificarse.

Fue un claro anuncio de lo que iba a suceder con la desaparición de la figura del director deportivo y cuya función pasaría a aglutinar el propio entrenador portugués, si bien el técnico siempre ha asegurado que las decisiones ahora son mancomunadas.

Los roces y falta de sintonía entre Nuno y Rufete fueron en aumento hasta desembocar en la salida del club del segundo, que estuvo acompañada de la de Salvo, curiosamente principal valedor del trabajo de Rufete y a la vez claro artífice de la llegada de Lim al Valencia.

Sin embargo, lo que mayores suspicacias ha levantado entre el valencianismo es la omnipresencia del agente portugués Jorge Mendes en casi todas las operaciones de llegada y salida de futbolistas del Valencia.

Esta cercanía de Mendes, socio de Lim en negocios futbolísticos, ha motivado que algunos le consideren el director deportivo en la sombra del club, mientras que desde el Valencia, la presidenta le ha calificado como «un amigo» al que se le pide consejo.

Además, el modelo de trabajado asociado a la falta de comunicación por parte de los nuevos gestores del club también ha suscitado recelos entre los aficionados, incluido aquellos que vieron la llegada de Lim como la única tabla de salvación de la entidad.

Así, recientemente Lay Hoon Chan, quiso contrarrestar esa falta de conexión con el aficionado con el anuncio de la capitalización del préstamo de cien millones al club por la empresa Meriton, propietaria de su mayoría accionarial, y la aportación de una nueva línea de crédito de ochenta millones aprobada en julio.

La ausencia de una cara «familiar» y con la que identificarse dentro del organigrama del club, que conecte con el aficionado o que hable en público con cierta asiduidad sobre la actualidad del club, es otro de las asignaturas pendientes que reclama buena parte del entorno valencianista, huérfano de un referente desde la marcha de Salvo.

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