Madrid, 17 ene (EFE).-
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— LUIS SUÁREZ.
El devorador del gol uruguayo ya lidera la clasificación de goleadores en una temporada perfecta. Nuevo recital rematador ante el Athletic Club para mejorar en una vuelta y un partido su mejor registro goleador en la Liga española. Su conexión con Neymar es inmejorable, el gran beneficiado de la generosidad del brasileño, y la complicidad con Messi potencia al Barcelona.
El pasado de Luis Suárez es lo único que siembra la duda. Su carácter le jugó malas pasadas y le marcó para siempre. Ahora de poco sirve que desmienta que llamase desecho a ningún jugador del Espanyol tras un caliente duelo de Copa del Rey. Mientras espera que su sanción sea retirada para jugar en San Mamés, se desquitó en Liga perfilándose para entrar en la historia. Diego Forlán es el único uruguayo que había conseguido tres tripletes en el fútbol español hasta su llegada.
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— KARIM BENZEMA.
El cambio en el banquillo del Real Madrid de Rafa Benítez por Zinedine Zidane fue recibido con ilusión por la plantilla, especialmente por Benzema, que vuelve a tener cerca a una de las personas que más ha influido en su carrera. La confianza ciega de Zizou la devuelve en el campo con goles, recuperando su mejor versión en cuanto a fútbol y añadiendo mucha más pegada.
Cuatro tantos en los dos encuentros dirigidos por Zidane hacen crecer los números de la temporada más goleadora de Benzema en el Real Madrid. Ya se han cumplido seis años desde su llegada, en los que ha comprobado como la sospecha desapareció en cuanto fue más egoísta en los últimos metros. En su partido 300 como madridista se convirtió en el decimotercer jugador con más tantos en la historia del club blanco. Con un tanto por cada 68 minutos de juego es el jugador que mejor promedio exhibe en la Liga.
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— FILIPE LUIS.
Desde el mismo momento en el que inició una aventura sin éxito en el Chelsea, en el verano de 2014, recién conquistada la Liga por el Atlético de Madrid, el equipo rojiblanco le echó de menos. Buscó un sustituto con los fichajes de Guilherme Siqueira y Cristian Ansaldi, pero su ausencia siempre se notó durante el siguiente curso 2014-15.
Por eso, el pasado verano, cuando surgió la opción, sus caminos se reencontraron de forma natural. El Atlético recuperó al lateral izquierdo con el que dio el salto hacia los títulos y Filipe volvió al club en el que se había consagrado como uno de los mejores en su puesto, desde donde este domingo reafirmó al líder de la tabla con el 0-1, un disparo que abrió otro triunfo del conjunto rojiblanco.
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— ÁLVARO NEGREDO.
Bajan revueltas las aguas por Valencia, donde el cambio en el banquillo con el adiós de Nuno y la llegada de Gary Neville no ha cambiado una dinámica tan negativa que tiene a un equipo diseñado para pelar por puestos de Liga de Campeones en una caída libre, que ya le tiene en la undécima posición.
Alejado de su verdadero nivel, con un pulso que nunca entendió con Nuno al que pidió que dijese en el vestuario ante todos sus compañeros las razones por las que le mandaba a la grada y nunca tuvo respuesta, se encuentra Negredo que a base de goles quiere recuperar su mejor cara. Mientras mejora su físico muestra en cada oportunidad que marcar no se le ha olvidado. Dejó el gol de la jornada, marcando desde 40 metros ante el Rayo Vallecano. Hay goles dolorosos que se entremezclan con la alegría del momento. Lo sintió un jugador que siempre llevará al equipo de Vallecas en su corazón.
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— PEDRO LEÓN.
El buen fútbol regresó a Getafe cuando reapareció la clase de Pedro León en el primer partido de la campaña en el que tuvo los 90 minutos. En unos meses ha pasado por la titularidad, el banquillo e incluso la grada, pero firmando encuentros como el que realizó ante el Espanyol, nadie discute que la presencia del jugador con más calidad técnica de la plantilla debería de ser obligatoria.
Pedro dejó una obra de arte en forma de gol. Bajó como pocos pueden hacer un balón llovido del cielo tras un latigazo a la escuadra. Sin controlar, el gesto técnico convirtió un control en regate con el cuerpo para mandar al limbo a un defensa rival antes de definir con calidad. Demostrada su importancia ahora debe dar continuidad a su indiscutible brillantez.
