Barcelona, 30 dic (EFE).- El FC Barcelona cierra el 2016 con un buen bagaje deportivo, después de haberse llevado un doblete (Liga y Copa del Rey) que ha dado continuidad a la cosecha del 2015, en la que el equipo de Luis Enrique Martínez firmó un histórico triplete (también la Liga de Campeones).
La persecución de los grandes trofeos, al margen de Supercopas y Mundial de Clubes, ha sido la obsesión del Barcelona en los últimos años, en los que ha mantenido un elevadísimo nivel en el último decenio.
Además de los títulos más codiciados, en el 2016 el equipo catalán logró un récord propio, como fue el de estar 39 partidos seguidos invicto en el cómputo de todas las competiciones.
El 2016 lo cierra el equipo catalán con una buena cosecha del curso anterior (2015-16) y bien encarado para el presente (2016-17), en el que es segundo en la Liga, ya en octavos de final de la Liga de Campeones, así como en octavos de la Copa del Rey.
Para reformar el equipo campeón, vio la marcha de unos de sus jugadores más importantes (Dani Alves) e invirtió casi 125 millones en nuevas apuestas: Cillessen, Umtiti, Digne, Denis Suárez, André Gomes y Alcácer.
Al año lleno de luces deportivas y económicas, con enormes contratos de publicidad, como es el caso del patrocinador Rakuten para sustituir a Qatar Fundation en la camiseta, o la renovación con Nike (155 millones de euros), también le han aparecido muchas sombras y tristezas, quizá la más sobrecogedora el deceso de Johan Cruyff, que murió a los 68 años víctima de un cáncer.
La muerte de Johan Cruyff resultó un mazazo para el ánimo del culé al perder al santo y seña del fútbol maravilla con el que el Barça ha girado en 180 grados su historia desde que el holandés tomase las riendas del equipo catalán en el banquillo a finales de los 80.
Él y sus discípulos han logrado implantar una manera de jugar, más o menos con continuidad en el campo, pero que al final ha reportado innumerables éxitos y trofeos en los casi tres últimos decenios.
Otro aspecto que también ha ocupado la atención de los culers este 2016 ha estado fuera de los terrenos de juego, con el juicio y condena a Leo Messi y a su padre por parte de la Audiencia Provincial de Barcelona debido a un fraude fiscal.
Sin salir de los juzgados, el Barcelona ha podido cerrar la primera parte del caso Neymar cuando la junta directiva de Josep Maria Bartomeu aceptó un pacto con la Fiscalía y Abogacía del Estado a partir del cual el club asumía dos delitos fiscales y el pago de 5,5 millones de euros, a la vez que quedaban exculpados el propio mandatario y el anterior, Sandro Rosell.
Otro asunto que lleva desangrando al Barcelona desde hace años es el caso de la acción de responsabilidad, a partir de la cual la junta de Rosell llevó a la justicia a la saliente de Joan Laporta por unas supuestas pérdidas acumuladas en el mandato del presidente anterior, que finalmente la justicia revisó y exculpó a la parte denunciada.
Este año, la directiva de Bartomeu llegó a un pacto con una buena parte de la directiva de Laporta para retirar el recurso en la Audiencia, no así con el propio Laporta y pocos de sus exdirectivos, que siguen a la espera de que a mediados de enero la Audiencia dicte sentencia.
La única victoria judicial de la junta de Bartomeu ha consistido en un pacto con la UEFA, que se ha comprometido a cambiar la normativa acerca de los símbolos en los estadios, y por ello el Barcelona retira un recurso presentado en el TAS por las multas y expedientes abiertos desde la final de la Liga de Campeones del 2015 por la exhibición de banderas independentistas de algunos aficionados barcelonistas.
Al margen de estos sinsabores en el ámbito judicial, en el plano deportivo y social el Barcelona ha encontrado muchos momentos de alegría, como cuando dio a conocer que el estudio japonés Nikken Sekkei iba a ser el responsable de la remodelación del Camp Nou.
En el último tramo del año, el Barcelona ha podido cerrar las renovaciones de dos de sus grandes pilares, como son Luis Suárez y Neymar Jr, mientras que deberá afrontar sin dilación la entrada del 2017 con el firme propósito de llegar al mismo acuerdo con la gran estrella, el argentino Lionel Messi, quien precisamente arrancó el 2016 recibiendo su quinto Balón de Oro, y seducir a un Luis Enrique que acaba contrato en verano y aún no se ha pronunciado.
