Corría el minuto 14 del encuentro cuando Argentina se adelantaba en el marcador.
El gol que acercaba a la albiceleste a los octavos de final fue celebrado por todos, en especial por Diego Armando Maradona y su aparente estado de embriaguez. Aquí comenzaba su bochornoso espectáculo particular.
En un gesto de suma alegría, miró al cielo en forma de rezo y puso los ojos en blanco en señal de agradecimiento, hasta casi quedarse sin aire.
Los momentos posteriores al tanto de Messi fueron más calmados para la afición, tanto que incluso el ídolo argentino, Maradona, llegó a quedarse dormido en pleno encuentro, en el que los suyos se jugaban la clasificación.
No había acabado ahí el asunto. El empate de Nigeria volvía a traer el pánico a los corazones de la hinchada argentina. Minutos de sufrimiento en los que los de Sampaoli estaban fuera del Mundial. Para entonces Maradona ya había abierto los ojos.
En los últimos lances del partido, Marco Rojo anotó el tanto decisivo que daba el pase a la albiceleste a los octavos de final. En esta ocasión, el «Pelusa» convirtió su alegría en rabia, dedicando cortes de manga a la propia grada
