Boca Juniors debutó en el Mundial de Clubes 2025 con un empate 2-2 ante Benfica en el Hard Rock Stadium de Miami. El conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo mostró carácter y fútbol ante un rival europeo de peso, pero dejó escapar una victoria que parecía encaminada, incluso jugando buena parte del segundo tiempo con un hombre de más.
La ilusión xeneize se encendió tras dos semanas de trabajo intenso bajo las órdenes de Russo. El equipo llegó con buenas sensaciones a su presentación mundialista, y la afición respondió con una masiva presencia que hizo sentir a los de azul y oro como si jugaran en La Bombonera.
El inicio fue complicado. Los primeros 15 minutos fueron de dominio portugués. Benfica se aproximó con peligro, estrelló un remate en el poste y obligó a Marchesín a intervenir. Pero con el correr de los minutos, Boca se asentó en el campo. Pese a la temprana lesión de Ander Herrera, el equipo mostró temple y solidez defensiva.
A los 22 minutos llegó el primer grito de gol: una gran jugada individual de Lautaro Blanco, que incluyó un caño y desborde, terminó con un centro preciso que Miguel Merentiel empujó al fondo del arco, anticipando a Nicolás Otamendi.
El segundo tanto no tardó. En una pelota parada, Ayrton Costa ganó por arriba y asistió a Rodrigo Battaglia, quien con un certero cabezazo puso el 2-0. Era el mejor momento de Boca, que incluso logró neutralizar a figuras como Ángel Di María y Pavlidis.
Sin embargo, antes del descanso, Benfica encontró un resquicio. Palacios cometió una infracción leve sobre Otamendi en el área, pero el VAR intervino y se sancionó penal. Di María no perdonó y descontó. En medio del caos, Ander Herrera, desde el banco, protestó con vehemencia y fue expulsado.
En el complemento, Boca se replegó, buscando contragolpear, mientras Benfica tomó la iniciativa. A los 71’, la roja directa a Andrea Belotti por un planchazo sobre Ayrton Costa parecía allanar el camino para que los argentinos cerraran el partido.
Pero el conjunto portugués no bajó los brazos. A los 83’, Otamendi encontró revancha y, de cabeza, firmó el 2-2 que congeló a los hinchas xeneizes. Fue un golpe duro para un Boca que sintió haber dejado escapar una victoria histórica.
Para cerrar una noche compleja, Nicolás Figal también vio la roja, lo que lo dejará fuera del próximo compromiso.
Más allá del resultado, Boca dejó buenas sensaciones. Supo competir ante uno de los equipos más exigentes del torneo y mostró que no será un actor secundario. La decepción por el empate es entendible, pero el rendimiento general invita al optimismo.
El próximo desafío será nada menos que el Bayern Munich. Un reto mayúsculo que pondrá a prueba la personalidad de este Boca mundialista, que ya demostró estar a la altura.
