La FIFA presentó con bombo y platillo la creación de un Panel de futbolistas contra el racismo, integrado por 16 leyendas del fútbol mundial como Didier Drogba, Iván Córdoba, Formiga, Briana Scurry y Juan Pablo Sorín. El organismo lo enmarca dentro de su “postura global contra el racismo” aprobada en el Congreso de Bangkok en 2024.
Sobre el papel, la iniciativa suena ambiciosa: asesorar en políticas, supervisar estrategias, impulsar programas de formación y dar voz a jugadores y jugadoras que han vivido de cerca la discriminación. Sin embargo, las críticas no tardan en llegar: ¿es realmente un paso firme hacia la erradicación del racismo o un nuevo intento de maquillar la falta de acciones concretas en los estadios?
Los nombres pesan, pero… ¿y las sanciones?
El panel está compuesto por referentes de distintas regiones: desde George Weah, capitán honorífico de Liberia, hasta Emmanuel Adebayor, Mercy Akide y Aya Miyama. Figuras que aportan legitimidad al mensaje.
El problema es que, mientras se anuncia esta lista de estrellas, los episodios de racismo en el fútbol —particularmente en Europa y Sudamérica— siguen ocurriendo con frecuencia alarmante. Los gestos simbólicos de FIFA contrastan con la falta de sanciones ejemplares hacia clubes, federaciones o aficionados reincidentes.
En otras palabras: se anuncian paneles y discursos, pero en la práctica la impunidad sigue siendo la norma.
El discurso oficial de FIFA
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, aseguró que el racismo “no es una falta, sino un delito” y que la organización busca un cambio cultural duradero. El mensaje es fuerte, pero no nuevo. Desde hace años, la FIFA ha prometido medidas más estrictas: aumentar multas, aplicar protocolos de tres pasos (advertencia, suspensión y abandono del partido), y usar herramientas de monitoreo en redes sociales.
La realidad es que, pese a esos anuncios, pocos casos han terminado en sanciones contundentes que realmente cambien la cultura de las gradas y las canchas.
Un esfuerzo que puede quedarse corto
El Panel de futbolistas contra el racismo tiene buenas intenciones y nombres poderosos, pero corre el riesgo de convertirse en otra campaña publicitaria más de la FIFA si no se acompaña de:
- Sanciones deportivas severas (pérdida de puntos, exclusión de torneos).
- Aplicación uniforme en todas las federaciones.
- Compromisos reales de clubes y ligas, no solo declaraciones.
- Protección efectiva en redes sociales y estadios.
El fútbol necesita medidas valientes y consistentes. Sin ellas, los paneles y discursos seguirán siendo vistos como gestos cosméticos en lugar de soluciones reales.
La pregunta clave es simple: ¿será este panel el inicio de un cambio auténtico o solo otra cortina de humo de la FIFA?
