Futbol Mundial.- Manchester City sufrió un duro golpe en la Champions League al perder 2-0 frente a Bayer Leverkusen, en un partido marcado por los 10 cambios que realizó Pep Guardiola y que descompusieron por completo el funcionamiento del equipo. La rotación masiva dejó fuera a figuras como Erling Haaland, y el equipo lo pagó caro desde el inicio.
Leverkusen aprovecha y golpea primero
Bayer Leverkusen no desaprovechó el desconcierto del City y tomó ventaja al minuto 23 gracias a un disparo certero de Alejandro Grimaldo. El cuadro alemán dominó las transiciones y encontró espacios ante una defensa inglesa sin sincronía.
Guardiola reaccionó tarde: realizó tres cambios al descanso, reconociendo implícitamente que su planteamiento inicial no había funcionado. Sin embargo, para entonces Leverkusen ya había encontrado la fórmula para controlar el ritmo del juego.
El 2-0 llegó antes de que entrara Haaland
El segundo golpe cayó al 54’, cuando Patrik Schick conectó un cabezazo letal que amplió la ventaja visitante. Solo entonces Guardiola decidió enviar a Haaland al campo, pero el noruego no logró cambiar la historia.
La falta de ritmo ofensivo fue evidente: City sumó su quinta derrota en todas las competiciones esta temporada, y el ataque lució desarticulado durante gran parte del encuentro.
Una rotación que costó demasiado
Tras la caída ante Newcastle el fin de semana en Premier League, Guardiola apostó por un once alternativo que no dio resultados. Con tantos cambios simultáneos, City se vio irreconocible, falto de automatismos y sin peligro real en el último tercio.
El experimento terminó por agravar los problemas del campeón inglés, que nuevamente vive un tramo complicado similar al que la temporada pasada terminó por comprometer su defensa del título.
Situación en la Champions: riesgo de caer en la tabla
Aunque esta es su primera derrota en la fase de liga de la Champions League, el City podría descender posiciones dependiendo de los resultados de este miércoles. El calendario y el momento futbolístico no ayudan, y Guardiola deberá ajustar rápido si quiere evitar otra crisis como la del año pasado.
