El martes 9 de diciembre, la Fiscalía de Nueva York presentó una moción para cerrar de forma definitiva el caso contra Hernán López, exejecutivo de Fox Sports, y la empresa argentina Full Play Group, acusados de participar en esquemas millonarios de sobornos a dirigentes de la CONMEBOL para quedarse con derechos de transmisión de torneos como la Copa Libertadores y la Copa América.
El movimiento sorprendió dentro y fuera de los tribunales: el cierre impide cualquier nuevo juicio, pese a que un jurado ya los había declarado culpables y a que, apenas en julio de 2025, un tribunal de apelaciones había restablecido las condenas.
El argumento legal… y el ruido político
Para justificar su retirada, los fiscales citaron un cambio clave en la jurisprudencia de la Corte Suprema, derivado de los fallos en los casos Ciminelli y Percoco, emitidos en mayo de 2023. En ambas decisiones, la Corte limitó el uso de las teorías de fraude por “ocultar información valiosa” y de “servicios honestos”, al establecer que no pueden aplicarse de forma amplia si no existe un robo de propiedad tangible tradicional.
En términos técnicos, el argumento tiene sustento. En términos políticos, el timing levanta cejas.
Un contexto demasiado conveniente
La decisión llegó días después de que Donald Trump recibiera de manos de Gianni Infantino el Premio FIFA de la Paz, y ya bajo una nueva administración en el Departamento de Justicia. El cierre del caso permite a Infantino reforzar su discurso de que la corrupción en la FIFA es “cosa del pasado”, mientras Trump proyecta una imagen de orden y limpieza institucional de cara al enorme negocio que será la Copa del Mundo 2026, organizada por Estados Unidos, México y Canadá.
Para muchos observadores, el retiro de la Fiscalía revierte una victoria judicial reciente y llega en el momento más conveniente para todas las partes involucradas… excepto para quienes esperaban justicia plena.
Los grandes ausentes: los “peces gordos”

El golpe más fuerte del cierre del caso es que debilita seriamente las posibilidades de extradición de figuras clave que nunca pisaron una cárcel estadounidense. Entre ellos destacan:
- Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA
- Ricardo Teixeira, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol
Ambos están acusados de recibir sobornos masivos que, en un cálculo conservador, superarían los 50 millones de dólares entre los dos, dentro de esquemas que movieron cientos de millones en el futbol sudamericano.
Con el caso archivado, esos nombres parecen cada vez más lejos del banquillo de los acusados.
Un mensaje incómodo para el futbol

El cierre del expediente no borra lo ocurrido, pero sí envía un mensaje incómodo: que los grandes casos de corrupción pueden diluirse cuando chocan con intereses políticos, económicos y deportivos de escala global.
A menos de dos años del Mundial 2026, la justicia estadounidense decidió bajar el telón. Y aunque oficialmente todo queda en el pasado, la sensación es clara: no todos pagaron por el escándalo que cambió la historia del futbol.