El disparo de Kevin De Bruyne voló como un misil, rozando el césped en una trayectoria similar al gol glorioso de Carlos Alberto para Brasil en la final de la Copa del Mundo de 1970.
Por supuesto, este no fue un partido por el título para el Manchester City, fue el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones, pero con los ojos del mundo en el Estadio Santiago Bernabeu, seguro que se sintió como uno.
Entonces, ¿quién más debería dar un paso al frente sino De Bruyne, el hombre que cumple para el City en las grandes ocasiones una y otra vez?
El creador de juego belga miró al cielo y levantó ambos brazos antes de realizar un raro deslizamiento de rodilla después de su empate de larga distancia para el City en el empate 1-1 contra el Real Madrid el martes.
De Bruyne sabía lo importante que era el gol. Que bueno también.
Lo está convirtiendo en un hábito.
El City se ha enfrentado al Real Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones en tres de las últimas cuatro temporadas, y De Bruyne ha marcado cada vez. Y ante el Atlético de Madrid el año pasado, el City venció 1-0 tras dos partidos fogosos en cuartos de final y fue De Bruyne con el único gol.
Sus goles en la recta final de esta temporada, mientras el City persigue el triplete Premier League-Champions League-FA Cup, han llegado ante Liverpool, Arsenal (dos goles) y ahora el Madrid.
En solo uno de sus últimos ocho juegos, De Bruyne no anotó ni dio una asistencia.
Erling Haaland se ha ganado la mayoría de los aplausos últimamente debido a un récord de anotaciones que no se ha visto en la era moderna en el fútbol inglés, pero detrás de todo está De Bruyne con su arte y genio creativo.
Tal vez esta sea la temporada en la que De Bruyne tenga su momento decisivo en la Champions League.
Hasta ahora, la imagen indeleble de él en la competencia es de la final de 2021, cuando salió tambaleándose del campo antes de la hora de la decepcionante derrota del City por 1-0 ante el Chelsea con una cuenca del ojo fracturada y la nariz rota luego de un choque de cabezas. con Antonio Rüdiger.
Decir que De Bruyne tiene asuntos pendientes en la Champions League es quedarse corto. No podía hacer más para que su equipo volviera a la final.
Y parece haber ganado nueva confianza en los últimos meses de una temporada que dio un giro preocupante durante las seis semanas inmediatamente posteriores a la Copa del Mundo, cuando De Bruyne, el jugador del año del fútbol inglés en 2020 y 2021, fue eliminado por algunos partidos y el técnico del City, Pep Guardiola, hizo públicas sus críticas al rendimiento y estado del centrocampista.
Si esa fue una táctica para sacar a De Bruyne de su letargo, ha funcionado.
Ahora juega como el mediocampista central más ofensivo del City, corriendo detrás de Haaland contra equipos, como el Arsenal el mes pasado, que presionan alto en el campo. O tiene que tomar una posición más profunda contra el contenido de los oponentes para sentarse y defender, confiando en cambio en su lanzamiento de tiros abiertos o de largo alcance.
Contra el Madrid, fue lo segundo.
“Lo vemos todos los días en los entrenamientos, no elegirías a nadie más para que caiga”, dijo el extremo del City Jack Grealish sobre el tiro de 25 metros de De Bruyne desde el despido de Ilkay Gundogan en el borde del área.
Siete de los 14 goles de De Bruyne en Champions han llegado desde fuera del área.
Detenga a Haaland en el área de penalti y los equipos todavía tienen que lidiar con De Bruyne fuera de él.
Ese es el reto al que se enfrenta el Madrid en el partido de vuelta en el Etihad Stadium la próxima semana.
