Copa Sudamericana

Violencia extrema suspende Copa Sudamericana

Violencia Copa Sudamericana

Caos en el Estadio Libertadores de América

La noche del miércoles, el fútbol sudamericano vivió una de sus páginas más oscuras. El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile fue suspendido por graves hechos de violencia que dejaron al menos 19 hinchas hospitalizados, dos personas apuñaladas y un aficionado en condición crítica tras caer desde la parte alta de la tribuna.

El caos comenzó en el entretiempo, cuando desde la zona visitante se lanzaron objetos contundentes —incluyendo un artefacto explosivo, pedazos de mampostería, baños portátiles y asientos— hacia el sector donde se encontraban los locales. Esto provocó una respuesta inmediata de los hinchas de Independiente, que ingresaron a la zona visitante en el segundo tiempo, iniciando enfrentamientos directos y obligando a los seguidores de la U a huir desesperadamente.


Testimonios y reacciones

La Universidad de Chile confirmó que 19 de sus seguidores están hospitalizados y que 97 chilenos fueron detenidos, aunque medios locales reportan que la cifra podría superar los 300 arrestos.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó en redes sociales lo sucedido:

“Nada justifica un linchamiento. Lo ocurrido en Avellaneda es inaceptable en demasiados sentidos, desde la violencia hasta la irresponsabilidad en la organización. Justicia debe determinar a los responsables”.

Por su parte, el embajador chileno en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, informó que uno de los heridos graves es un joven chileno en sus 30 años que permanece hospitalizado tras una caída desde gran altura.

El director de la U, Daniel Schapira, criticó duramente la logística del evento:

“Esto es desesperante. Es un problema social y cultural, no solo de fútbol. Nos dieron 3,500 entradas y mira lo que pasó. No se puede poner a los hinchas visitantes por encima de la hinchada local. Esto se volvió un circo”.


Posturas encontradas entre directivos

El presidente de Independiente, Néstor Grindetti, responsabilizó a los aficionados de la U, asegurando que destruyeron baños y lanzaron objetos hacia los locales.

“Nunca vi un nivel de violencia así. El problema comenzó y continuó con una sola hinchada. El comportamiento de nuestra gente siempre fue ejemplar”.

Ante esas declaraciones, el presidente de Universidad de Chile, Michael Clark, respondió:

“Sus palabras me sorprenden y me entristecen. Este no es el momento de repartir culpas, lo que ocurrió es una tragedia”.


Decisión de Conmebol

La Conmebol confirmó la cancelación definitiva del encuentro, argumentando la “falta de garantías de seguridad” por parte del club local y las autoridades de Avellaneda. El organismo sudamericano enviará el caso a su comité disciplinario para determinar sanciones.

Mientras tanto, el futbolista chileno de Independiente, Felipe Loyola, expresó su desconsuelo en redes sociales:

“Este nivel de violencia no se puede tolerar. Lo que vi hoy no es fútbol, el deporte no es violencia”.


Un golpe al fútbol sudamericano

El partido estaba igualado 1-1 en la vuelta, con la U liderando 2-1 en el global. Sin embargo, la tragedia fuera de la cancha dejó en segundo plano cualquier resultado deportivo. Lo ocurrido en Avellaneda vuelve a poner bajo la lupa a la organización de los torneos sudamericanos y la capacidad de garantizar la seguridad de jugadores y aficionados en escenarios de alta tensión.

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