Bruselas, 20 may (EFE).- El ministro español de Exteriores y Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, calificó hoy de «política» más que legal la decisión de la Delegación del Gobierno en Madrid de prohibir las esteladas en la final de la Copa del Rey del próximo domingo en el estadio Vicente Calderón.
«Soy consciente de que la ley tiene diversas interpretaciones y de que no es una interpretación unívoca. Pero también digo que mucho más que una cuestión legal es una cuestión política y, si me permiten, una cuestión sentimental», indicó el ministro en una rueda de prensa durante una reunión de ministros de Exteriores de la OTAN.
García-Margallo respondió así cuando le preguntaron por las palabras hoy del ministro español del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, en las que afirmó que «no ha habido intencionalidad política» en la decisión y que su naturaleza es «técnica operativa» para cumplir la ley contra la violencia, la xenofobia y el racismo en el deporte y las directrices de la Federación Española de Fútbol.
«No he visto en qué contexto a hecho esas declaraciones el ministro del Interior, y de momento no soy comentarista, no sé dentro de unos meses si seré comentarista, ahora soy ministro del Gobierno», indicó.
«Lo que yo sí quiero decir, no puntualizando porque insisto, no conozco las declaraciones del ministro de Interior, es que en primer lugar es una cuestión de legalidad que, al parecer, debe ser interpretada por la Delegación del Gobierno y por la Federación Española de Fútbol», agregó García-Margallo.
El ministro afirmó que «en la vida, la política y mucho más en el deporte se trata de subrayar todo aquello que nos une y evitar todo aquello que nos separa».
«Nuestra señera es una señal que une a todos los catalanes y une a los catalanes con el resto de España», indicó, mientras que «la estelada divide a los catalanes, prácticamente por mitad, y separa a Cataluña del resto de España».
Aseguró además ser «siempre partidario de lo que une y no de lo que separa, de tender puentes y no de dinamitar puentes», y en ese sentido dejó claro que el deporte «se ha utilizado siempre para unir» y «evitar aquellos símbolos que alentasen o alimentasen el conflicto».
Preguntado por el veto específico de ese símbolo independentista catalán en esta competición deportiva concreta, García-Margallo respondió que «el deporte ha sido siempre una ocasión de paz, amistad y aproximación de los pueblos más que otras actividades».
«Me parece que una final, mucho más la final de la copa de un rey, mucho más la final de la Copa del Rey de España, es un acto lúdico de celebración en el que vamos a intentar que todo el mundo aporte lo mejor para que todo el mundo esté contento, satisfecho, esté celebrando», concluyó.
García-Margallo abogó por la tolerancia y «procurar evitar, en la medida de lo posible, los gestos que irritan, con razón o sin ella, y aumentemos los símbolos que unen».
«Sin llegar a las efusiones de (el líder de Podemos) Pablo Iglesias y (el portavoz de En Comú Podem, Xavier) Domènech, pero vamos a intentar querernos un poco más», dijo en referencia al beso que se dieron en los labios ambos políticos en su estreno en la tribuna de oradores del Congreso el pasado 2 de marzo.
