Los estadounidenses con el destino en sus manos
“Estamos en buena forma para clasificar. No hay necesidad de cambiar drásticamente lo que hemos estado haciendo”, dijo el lateral izquierdo Antonee Robinson. “Solo tenemos que seguir adelante, mantener la confianza en nosotros mismos”.
El siguiente es el partido del domingo contra Panamá en Orlando, Florida, cuando EE. UU. podría lograr una victoria siempre que Costa Rica no gane sus últimos tres partidos.
Algunos de los fanáticos nerviosos sugirieron que el entrenador de EE. UU., Gregg Berhalter, descansara a los jugadores de primera línea para mantenerlos frescos para el partido en casa y el partido del 30 de marzo en Costa Rica, donde EE. UU. nunca ha ganado.
“Escuché ese argumento, deberíamos planear un equipo B. Y lo que hice fue llevárselo al personal y lo debatimos. Miramos todos los lados”, dijo Berhalter. “Salimos con nuestra respuesta y ya verás mañana”.
Estados Unidos viene de tres victorias consecutivas contra México, en la final de la Liga de Naciones de CONCACAF en Denver en junio, en la final de la Copa Oro de CONCACAF en Las Vegas en agosto y en un clasificatorio en Cincinnati en noviembre.
“Casi ves un crecimiento en cada uno de esos juegos, que culmina en el último, en el clasificatorio, donde los muchachos tenían mucha, mucha confianza al entrar al juego”, dijo Berhalter. “No podemos bajar la guardia. Nuestro historial aquí es horrendo. Las probabilidades están en contra de que saquemos algo de este juego. Lo sabemos. Nos damos cuenta de eso. Y así es como es”.
El Azteca es un lugar notoriamente difícil para los visitantes, con gradas empinadas y una multitud clamorosa que había recibido medidas disciplinarias de la FIFA por cánticos homofóbicos: la Federación Mexicana de Fútbol está limitando la asistencia en el lugar con capacidad para 87,000 personas a alrededor de 50,000 como parte de las medidas de control de multitudes.
Más acostumbrado que sus oponentes al aire enrarecido a una altura de 7,200 pies (2,200 metros), El Tri tiene 40 victorias, nueve empates y dos derrotas en las eliminatorias en Azteca, las derrotas ante Costa Rica en 2001 y Honduras en 2013. cinco derrotas y tres empates en Azteca en la eliminatoria, y sin victorias en 10 partidos oficiales con siete derrotas.
“Por supuesto, somos conscientes de la altitud. Algunos muchachos pueden estar más acostumbrados que otros”, dijo Pulisic.
Casi la mitad de los titulares estadounidenses del clasificatorio del 30 de enero en Canadá están lesionados: el portero Matt Turner (pie/tobillo), los defensas Sergiño Dest (tirón en el muslo izquierdo) y Chris Richards (tobillo derecho), y los mediocampistas Brenden Aaronson (rodilla) y Weston McKennie (dos huesos rotos en el pie izquierdo).
El mediocampista Gio Reyna está de vuelta por primera vez desde que se lesionó el tendón de la corva en el clasificatorio inicial el 2 de septiembre. Tyler Adams, otro mediocampista clave, no ha jugado un partido completo desde que regresó de una lesión en el tendón de la corva en el clasificatorio del 30 de enero en Canadá.
Berhalter no quiso revelar dónde empezarán Zack Steffen o Ethan Horvath en la portería, ni siquiera si Sean Johnson estaba en la contienda.
Este puede ser el último clasificado de gran importancia entre EE. UU. y México, o posiblemente en absoluto. Ambos reciben plazas automáticas para el torneo de 2026, que coorganizan con Canadá, y con la expansión de la Copa del Mundo de 32 naciones a 48 después del torneo de este año, CONCACAF probablemente tendrá seis plazas y desarrollará un formato que mantenga los poderes de la región. de competir en el mismo grupo.
Pero primero viene una racha de tres juegos que definirá a este reconstruido equipo estadounidense.
“Una cosa que le dije al personal en nuestra reunión cuando comenzamos el campamento fue que esta es probablemente la semana más grande de nuestras vidas como entrenadores profesionales”, dijo Berhalter.
Notas: Adams, Steffen, el defensor DeAndre Yedlin y el extremo Tim Weah llevan tarjetas amarillas y estarían suspendidos un partido con otro. …
